En tu vida diaria realizas un sinfín de actividades que involucran el movimiento corporal. Por ejemplo, cuando practicas algún deporte o juegas con el balón. También eres capaz de hacer movimientos con sutileza y delicadeza como escribir o ensartar un hilo en una aguja.
El sistema óseo
El esqueleto es
parte de la estructura que forma parte del cuerpo de los seres humanos y de
algunos animales, otros animales carecen de esqueleto, como las lombrices de
tierra y los gusanos.
El esqueleto está
formado por huesos. Estos mismo son estructuras duras de nuestro cuerpo, que
permiten que el esqueleto de firmeza al cuerpo, además de brindar protección a
los órganos, como el cerebro. Y muchos de los movimientos que realizamos, como
correr, caminar, brincar o agacharnos no serían posibles sin el soporte que nos
brindan los huesos.
Aunque existen
otro tipo de estructuras en nuestro cuerpo, como lo pueden ser las orejas y la
nariz que están formadas por cartílagos. El cartílago es un tejido flexible y
blando, aunque con cierta rigidez.
En muchas
ocasiones partes del esqueleto de los niños está formado por cartílagos y a
medida que un niño crece, su esqueleto crece de la misma manera, endureciendo
estos cartílagos hasta convertirlos en huesos.
Nota:
El esqueleto de una persona adulta está
constituido por 206 huesos, mientras que el de un recién nacido por 270.
Esta diferencia se debe a que a medida que
crecemos muchos huesos se unen; por ejemplo, los huesos de la cadera.
Las articulaciones
Los puntos donde
se unen los huesos se conocen como articulaciones, las cuales nos permiten
flexionar y girar algunas partes de nuestro cuerpo. Por lo general, en las
articulaciones encontramos ligamentos, estas son como ligas muy resistentes que
sirven para unir un hueso con otro.
Los huesos, las
articulaciones, los cartílagos y los ligamentos forman lo que conocemos como sistema
óseo.
El sistema muscular
Los huesos son
los encargados de dar rigidez al cuerpo, y las articulaciones nos permiten
flexionar ciertas partes; pero, además de estos, para movernos también
necesitamos de los músculos, que son tejidos que se encogen y estiran, y
recubren casi todo el esqueleto.
La mayoría de los
músculos están unidos a los huesos. El estiramiento y el encogimiento de los
músculos tira de los huesos y da movimiento a las articulaciones.
Para realizar un
movimiento o giro, los músculos trabajan en parejas, es decir, mientras uno
estira o gira una parte del cuerpo, el otro encoge o realiza el giro inverso.
De esta manera el cuerpo trabaja de manera conjunta para adoptar distintas
posiciones y lograr diversas acciones.
El sistema nervioso
Cuando activas tus reflejos al intentar atrapar algo, mantienes el equilibrio y tratas de compensar el peso dirigiéndolo al lado contrario. Para realizar este tipo de movimientos, el sistema nervioso analiza cada situación y coordina al sistema muscular. Esto se debe a la comunicación constante entre el cerebro y el resto del cuerpo. Por medio de los nervios, el cerebro envía señales a los músculos para que actúen en función de lo indicado. Este proceso es tan rápido que no te das cuenta.
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